Desde la llegada a la Presidencia de la República, Gustavo Petro ha demostrado que es un líder con gran influencia en un sector importante de la ciudadanía, que lo respalda en su propósito de generar un cambio a través de grandes reformas sociales y que tiene una gran ambición alrededor de la Paz Total. Sobre las reformas, mucho se ha escrito alrededor de su imposibilidad de hacerlas realidad por la obtusa postura del congreso, que compuesto en su mayoría por políticos comprometidos con otras agendas relacionadas con poderosos intereses económicos, le han dado la espalda a la gran mayoría de la población colombiana.

Sobre la ambición de la Paz Total, hay que recordar que el 3 de noviembre de 2022, el Senado aprobó la ley 181 de 2022, conocida como la Ley Paz Total, que le permite al gobierno negociar acuerdos de paz con Grupos Armados Organizados -GAO- de carácter político y sometimientos a la justicia con los GAO criminales. Con la efervescencia de esta nueva política gubernamental más de 26 GAO comunicaron inicialmente, su interés de participar en el proceso.

La prioridad para el gobierno nacional ha sido con el Clan del Golfo, el ELN, las disidencias y desertores del Acuerdo de Paz y algunos grupos urbanos locales. ¿Que esto sería difícil? Por supuesto. No se negocia con angelitos sino con curtidos hombres y mujeres endurecidos en la guerra. En este periodo son muchas las dificultades que han existido y que algunos sectores políticos y gremiales quieren magnificar para mostrar que se está entregando el país a los bandidos. Una narrativa que quiere invalidar la iniciativa de paz y darle la bienvenida nuevamente a la confrontación armada que ha demostrado impedir el desarrollo y dejar dolor, atraso, nada bueno para los territorios.

La negociación con el ELN es la joya de la corona de la apuesta por la Paz Total. Es una guerrilla con un proyecto político, una historia y una presencia fuerte en algunos territorios. El gobierno y su delegación viajará a Caracas a un ciclo extraordinario de negociaciones con delegados de este movimiento. Según ha trascendido, la agenda tocará temas como participación, cese al fuego, transformaciones territoriales y en general sobre el futuro del proceso.

Las dificultades se siguen presentando con el Estado Mayor Central -EMC-, de las Farc. Hay frentes y comandantes que definitivamente no se subordinan a sus mandos, generando grandes problemas como en Cauca y Nariño, donde el fenómeno del narcotráfico sigue presente. Hay que recordar que estos frentes han tenido presencia y proyección en el sur del Tolima, generando zozobra y gran preocupación para las autoridades y los pobladores de estas zonas.

El Clan del Golfo merecerá un análisis ulterior por la tremenda capacidad que ha demostrado, por su expansión en el territorio, por el control y posicionamiento con las comunidades y por su accionar militar. Su lógica y método le ha permitido éxitos en el logro de sus objetivos. Ya se habla a baja voz de su llegada a varias regiones entre ellas el Tolima.

Aún con las dificultades, la ambición por la Paz Total sigue inquebrantable. Las voces desde los territorios manifiestan su respaldo, como se expresó con toda claridad en el Congreso Nacional de Paz. El gobierno y la sociedad civil deben actuar juntos en el noble propósito de construir un país donde la guerra sea desterrada para siempre.