Estaba pensativa cuando la vi. Sus ojos verdes me miraron con alegría al saludarla. Me contó que estaba despierta desde las dos de la mañana cuando emprendió el recorrido desde su vereda al casco urbano de Chaparral y luego a la ciudad de Ibagué.
Es una reconocida lideresa de una asociación productora de café que lucha por salir adelante con las demás compañeras de su organización. Su motivación era participar en la primera feria de ONG ambientales del Tolima, a la que asistía con mas de 20 organizaciones de este municipio extenso en su territorio y famoso por ser la tierra de tres presidentes de Colombia.
Como ella, se juntaron otras 125 personas en esta feria celebrada en la Plazoleta Darío Echandía y en el auditorio del Banco de la República, organizada por Cortolima. Las ONG son entidades jurídicas sin ánimo de lucro que realizan actividades de interés social, para el caso de esta feria, los asistentes trabajan por el ambiente y la promoción del desarrollo sostenible del departamento.
En los stand organizados para la muestra de sus productos y servicios había variedad, color, texturas, sabores y olores. Había organizaciones de artesanas, cafeteras, paneleras, cacaoteras, de apicultores, promotoras del turismo de naturaleza, el manejo integral de residuos y también de agricultura urbana como alternativa para la generación de la seguridad alimentaria. El común denominador de estos expositores era su alegría por dar a conocer su organización, visibilizar el fruto de su trabajo y esfuerzo, además de comercializar lo generado por cada una.
Cualquier persona recorriendo esta feria se daría cuenta del potencial y trabajo que tienen las ONG en el departamento. Promueven el desarrollo de sus territorios, produciendo y conservando los mismos. Cuando se desarrolló la parte académica de este evento, se informaron de temas hasta ahora desconocidos para la gran mayoría como: 1) la bioeconomía como estrategia para impulsar el progreso del Tolima, 2) la política de educación ambiental nacional, 3) el aviturismo y el turismo de naturaleza en Ibagué y 4) la historia del movimiento ambiental en el Tolima.
Esta parte académica motivó a los asistentes a participar con inquietudes, pero también con reflexiones y posturas críticas hacia Cortolima. Ellos sintieron que era la oportunidad de hablar y así lo hicieron con desenvoltura y sin temores, al fin y al cabo, no todos los días podían intercambiar experiencias y sentirse a gusto entre pares que comparten sus mismos intereses.
El punto final de la feria se produjo luego de la presentación de la historia del movimiento ambiental. Con el conocimiento de las luchas de este sector social, asumieron que era importante la creación de una Red de ONG como una manera de impulsar su articulación y jugar un papel protagónico en el trabajo por el desarrollo sostenible en el Tolima. Identifican como una gran oportunidad de incidencia la formulación del Plan de Gestión Ambiental Regional -PGAR- y ahora mismo en los diálogos regionales vinculantes del Plan Nacional de Desarrollo que está en construcción.
Cuando estaban recogiendo los stand, me acerqué a la lideresa de los ojos verdes. Se despidió con un abrazo y se fue con una sonrisa. En su cabeza quedó rondando según me dijo, que esta experiencia había valido la pena, sin importar la hora de su llegada a casa, la dejaría con un cansancio tranquilo para descansar, pensando en la posibilidad de construir colectivamente caminos de unidad con otros y otras que tienen los mismos sueños, anhelos y esperanzas. El esfuerzo realizado por estar presente había tenido sentido y dará sus frutos.
¡Hagamos región y apoyemos lo nuestro!