Imagen tomada de www.celag.org
Por: Mónica Segura Esguerra
El proyecto Fortalecimiento de capacidades organizacionales y humanas en los municipios de la región de Las Hermosas en el Tolima, para la construcción de desarrollo y paz -Fase III trabaja con 64 organizaciones productivas y sociales de 8 municipios con cerca de 2.033 beneficiarios. De esta población, el 54% son mujeres que, entre labores productivas y sociales, trabajan para la generación de mejores condiciones de vida de sus familias y sus comunidades. Para este proyecto es grato contar con una numerosa participación de las mujeres, pues a través de su vinculación es posible evidenciar que este tipo de procesos permiten construir nuevas ruralidades desde el trabajo de la mujer, desde el reconocimiento de su participación en actividades productivas, en el manejo de la economía familiar y la propia, en la importancia de sus labores dentro de los núcleos familiares y en su entorno comunal incidiendo en la toma de decisiones. Todos estos procesos permiten que hoy por hoy las mujeres reafirmen su interés en hacer parte de procesos como los que ofrece el Programa Desarrollo y Paz del Tolima TOLIPAZ enmarcado en el trabajo desde la equidad y el enfoque de género.
La participación de las mujeres en la esfera política es una condición necesaria para fortalecer la democracia pues su vinculación en estos escenarios propicia la incorporación de temas que, generalmente, no son priorizados o que son novedosos y que favorecen a toda la sociedad, como la violencia de género, la salud sexual y reproductiva, la educación, la seguridad en espacios públicos, el medioambiente, entre otros asuntos, lo cual también se traduce en mayores niveles de desarrollo humano integral. Asimismo, los liderazgos de mujeres favorecen la creación de nuevos papeles de las mujeres en la sociedad y la eliminación de los prejuicios discriminatorios y estereotipos que refuerzan la asignación de los roles masculinos en los espacios públicos y los roles femeninos solo al ámbito doméstico y reproductivo.
Que sea este tipo de procesos una razón y un impulso para que más y más mujeres busquen participar e incidir desde sus territorios por un desarrollo integral, la búsqueda de la paz y el bienestar familiar y comunitario mediante su vinculación y participación en instancias políticas, trabajando siempre para generar acciones que permitan la transformación de los territorios e ir -paso a paso- acabando con una cultura machista que no debe tener cabida en pleno siglo XXI. Invito a todas las mujeres y a los profesionales del desarrollo y el trabajo social para que trabajemos porque la equidad e igualdad de género no sea solo un dato que leer en documentos, sino porque sea una condición real que permita a las mujeres de nuestro departamento generar las mejores condiciones de vida para ellas, sus familias y su entorno en general.